En noviembre del año pasado, estaba haciendo una formación en Barcelona. Debido a mis alergias alimentarias (cerdo, patatas, huevo, frutos secos, pescado y marisco), no suelo comer fuera de casa y menos en lugares en donde las comidas han sufrido tantas transformaciones que ya no sabemos qué estamos comiendo.
La formación duraba todo el día y cuando llegaba a casa ya era tarde, así que no me daba tiempo de prepararme alguna cosa para comer al día siguiente. Así que escogí un lugar al azar para comerme un bocadillo.
En el Bopan de Passeig de Gràcia, la persona que me atendió puso cara de sorpresa cuando le pedí un bocadillo que no llevara ni cerdo ni pescado ni huevo ni queso (los quesos suelen llevar fécula de patata o lisozima de huevo). Con cara de fastidio, me preguntó si podía comer pollo y le dije que sí, que un bocadillo de pechuga de pollo sin rebozar me parecía bien.
Me comí el bocadillo y al cabo de dos horas, me empezaron a picar los pies de una forma horrible. El resultado fue este:
Mi experiencia me sugiere diversas opciones sobre lo que comí en Bopan:
- El pollo estaba alimentado con harinas de pescado o de cerdo
- No era pollo y era algún sucedáneo hecho de alguna de los alimentos a los cuales tengo alergia
- El pan estaba pintado con huevo
- El pan llevaba trazas de frutos secos
- Todas las opciones