diumenge, 10 de febrer del 2013

Tóxicos en los alimentos y alergias

En mi particular lucha de sólo comprar productos que no pueda producir yo misma y reducir el consumo de productos transformados, he conseguido reducir mis eccemas. Quizá sea coincidencia, quizá no, lo que sí sé es que desde que me hago mi pan, mis galletas, mis bizcochos y magdalenas, mis pizzas, mis empanadas, consumo poca pasta y evito comprar carne en grandes superficies mis dermatitis han disminuido y casi desaparecido. Tengo alergia a los huevos, pescado, marisco, carne de cerdo, patata y frutos secos; así que es fácil que todos los alimentos procesados tengan trazas de cualquiera de estos alimentos. De hecho, la primera vez que vi en el lineal de pan de un Carrefour en París la advertencia sobre todas las trazas que podía contener su pan, empecé a entender porqué me aparecían dermatitis si había excluido de mi dieta todo lo susceptible a producirme alergia. El letrero decía que su pan podía contener trazas de huevo, frutos secos, harinas de pescado, etc.

Será autosugestión o lo que os dé la gana, pero cuando controlo el proceso de preparación de mis alimentos no tengo reacciones alérgicas. Después de un tiempo haciéndome mi propio pan y retirando la pasta que siempre suele tener trazas de huevo, me empecé a sentir mucho mejor. Pocos eccemas y ninguna diarrea.

Últimamente, incluso he vuelto a introducir algunos alimentos a los cuales mi metabolismo siempre ha reaccionado y el resultado es muy positivo. De vez en cuando me puedo permitir el lujo de comer algo de pescado, alguno de los huevos que ponen mis gallinas y si controlo las dosis, mi organismo tolera mis alimentos "prohibidos"

Así que basada en mi experiencia, me lanzo a formular la hipótesis de que los alimentos que las personas alérgicas o intolerantes no podemos ingerir, son tóxicos para todas las personas. Alérgicas e intolerantes tenemos unos umbrales de asimilación de esos tóxicos mucho más bajos que el resto de la población y nuestro metabolismo reacciona de forma prácticamente inmediata para expulsar esos tóxicos.

Que el resto de personas no tengan una reacción instantánea no las hace inmunes a los efectos de esos tóxicos, puede que los efectos se manifiesten más adelante y sin poder establecer una relación directa tan evidente como con las alergias y las intolerancias.

La verdad es que mucho de lo que he leído apunta a corroborar mi hipótesis, así que seguiré investigando.